En diciembre de 2024, el gobierno de México aprobó una reforma laboral histórica para proteger a las personas trabajadoras de la economía de plataformas, como aquellos que conducen para Uber o entregan para Rappi. Supervisadas por la recién electa (y primera mujer) presidenta, Claudia Sheinbaum Pardo, la reforma es particularmente significativa porque reconoce a este grupo de personas como empleados, otorgándoles acceso a seguridad social, negociación colectiva, reparto de utilidades y otras protecciones laborales. Este cambio desafía el modelo tradicional del trabajo en plataformas digitales, que a menudo ha dejado a las personas trabajadoras en un área gris en términos legales, sin acceso a derechos laborales básicos.
Esta reforma laboral es un momento histórico no solo para México, sino también para otros países que enfrentan problemas similares en la región y el mundo. México alberga la segunda población más grande de trabajadores de plataformas digitales en América Latina, solo superada por Brasil, por lo que esta reforma podría sentar un precedente sobre cómo otros países podrían abordar los crecientes desafíos del trabajo en plataformas, particularmente en términos de derechos laborales y protecciones sociales.
Las personas trabajadoras y sus sindicatos lideran el camino en la implementación
Aunque la reforma laboral de México es un gran paso adelante, su implementación presenta desafíos que requieren colaboración entre el gobierno y los sindicatos de trabajadores de plataformas. Sindicatos como la Unión Nacional de Trabajadores por Aplicación (UNTA) han estado a la vanguardia, proponiendo soluciones para garantizar el éxito de la reforma. Por ejemplo, la reforma estipula que las personas trabajadoras que ganen al menos el salario mínimo mensual en la Ciudad de México (8,364 MXN ≈414.87 USD) tendrán acceso completo a los derechos laborales y la seguridad social. Sergio Guerrero, Secretario General de UNTA, ha destacado la necesidad de claridad en la definición del estatus del trabajador y el cálculo de las contribuciones, especialmente para aquellos con patrones de trabajo irregulares.
UNTA también ha enfatizado la importancia de incluir a los y las trabajadoras en mesas de diálogo para desarrollar protocolos de implementación. Según Guerrero, las experiencias y perspectivas de primera mano de las personas trabajadoras son cruciales para abordar ambigüedades, como determinar la elegibilidad para beneficios cuando alguien trabaja de manera intermitente. De manera similar, Angélica Salgado, Secretaria Nacional de Nuevas Formas de Trabajo en CUT Chile, ha propuesto utilizar un promedio móvil de tres meses de horas trabajadas para evaluar el estatus del trabajador y calcular las contribuciones. Si bien este enfoque ofrece una solución potencial, también plantea preguntas importantes, como si los mismos criterios deberían aplicarse para calcular la indemnización por despido. Estas discusiones subrayan la necesidad de soluciones lideradas por los y las trabajadoras para garantizar la efectividad de la reforma.
Los desafíos actuales de México se reflejan en países como España y Chile, donde los y las trabajadoras de plataformas digitales han luchado por reconocimiento y derechos. Por ejemplo, la Ley Riders de España reclasificó a las personas repartidoras como empleadas, generando debates sobre la sostenibilidad y la flexibilidad. Sin embargo, como señala Nuria Soto de Riders X Derechos, las empresas a menudo cambian el enfoque hacia preferencias individuales, como elegir entre el autoempleo o el estatus de empleada, desviando así la atención de los problemas estructurales. Esto corre el riesgo de dividir a las personas trabajadoras y socavar los derechos colectivos. Por esa razón, en México, los sindicatos están presionando por soluciones estructurales para equilibrar los derechos colectivos con las complejidades del trabajo en plataformas digitales.
El impulso global por el "trabajo decente" en la economía de plataformas
La Organización Internacional del Trabajo (OIT) ha sido intencional en abordar los desafíos y oportunidades de la transformación digital en el mundo del trabajo. En 2019, la organización instó a los Estados miembros a implementar políticas que garanticen la privacidad, la protección de datos y condiciones justas para las personas trabajadoras de plataformas.
Sobre esta base, el Consejo de Administración de la OIT convocó una reunión tripartita de expertos en octubre de 2022 para discutir lo que denomina "trabajo decente" en la economía de plataformas. En la 113ª Sesión de la Conferencia Internacional del Trabajo (CIT) en junio de 2025 se discutirá, por primera vez, el establecimiento de estándares para el trabajo decente en la economía de plataformas, con un proceso de negociación de dos años. Este paso histórico subraya la urgencia global de tratar los derechos y protecciones de las personas trabajadoras de plataformas en la era digital.
Nuevamente, como con las reformas laborales nacionales (como la de México), estas discusiones internacionales han sido impulsadas por la presión ejercida por los propios trabajadores y trabajadoras. En todo el mundo, la clase trabajadora de plataformas digitales se han organizado a través de sindicatos y asociaciones, presionando por derechos laborales a nivel local, nacional e internacional. Por ejemplo, en octubre de 2023, mujeres sindicalistas latinoamericanas que trabajan en plataformas digitales se reunieron para definir una agenda de regulación con enfoque de género, específicamente dirigida a influir en las discusiones que tendrán lugar en la CIT 2025 en Ginebra. Es crucial no solo reconocer estos esfuerzos, sino también enfatizar cómo las personas trabajadoras de plataformas, particularmente las mujeres, están llevando demandas claras y con enfoque de género a la mesa de discusiones en junio.
Hacia un futuro más justo para las personas trabajadoras de la economía de plataformas
En general, la reforma laboral histórica de México marca un paso adelante no solo para el país, sino también para América Latina y la economía global de plataformas digitales. Al reconocer a las personas trabajadoras como empleadas y otorgarles acceso a la seguridad social y otras protecciones. México está desafiando el modelo tradicional del trabajo en plataformas digitales y estableciendo un precedente para otros países. Mientras tanto, la participación activa de sindicatos y trabajadores en la implementación no solo es esencial para el éxito de la reforma, sino también un poderoso ejemplo de cómo la acción colectiva puede impulsar cambios significativos.
Sin embargo, el camino hacia estándares laborales justos para las personas trabajadoras de plataformas digitales está lejos de terminar. A medida que México implementa su reforma y la OIT se prepara para discusiones críticas en 2025, el compromiso activo de trabajadores, sindicatos, legisladores y activistas sigue siendo crucial. Para abordar las desigualdades arraigadas en la economía de plataformas, es vital amplificar las voces de la clase trabajadora, abogar por políticas inclusivas y presionar por regulaciones sólidas que protejan los derechos laborales. Al fomentar la colaboración a nivel local, nacional y global, podemos asegurar que la economía digital funcione para todas las personas, no solo para unas pocas. Este esfuerzo continuo es clave para construir un futuro en el que ninguna persona trabajadora se quede atrás.
Kruskaya Hidalgo Cordero agradece a Sergio Guerrero (UNTA), Angélica Salgado (CUT Chile) y Nuria Soto (Riders X Derechos) por compartir sus puntos de vista, y así, centrar las perspectivas de los y las trabajadoras de la economía de plataformas, con ella para este artículo.
Las opiniones expresadas en esta publicación son de la autora y no necesariamente reflejan la posición del programa Atlantic Fellows for Social and Economic Equity, el Instituto Internacional de Desigualdades, la London School of Economics and Political Science.

Kruskaya Hidalgo Cordero
Co-founder, Platform Observatory
Kruskaya Hidalgo Cordero is an Atlantic Fellow for Social and Economic Equity, a feminist activist and researcher, and a Field Organizing Specialist for the Solidarity Center in Mexico. She is also the Co-founder of Observatorio de Plataformas (Platform Observatory), a collective that challenges the poor working conditions and human rights violations for workers in platform economies, and presents alternatives for decent work and ethical consumption.
Imagen de cabecera: Foto de JRomero04 vía Shutterstock.